top of page

un poco de historia

El cine no tardó mucho tiempo en llegar a nuestro país. Ya en 1896, un año después de la primera proyección en Francia, se realizó en Chile el primer programa cinematográfico en el Teatro Unión Central de Santiago. Hasta 1910, lo que podía ver un espectador chileno en salas eran básicamente producciones extranjeras o documentales nacionales articulados sobre la base de vistas de lugares sin mayor intención narrativa. Hasta que en 1910, con motivo del Centenario de la Independencia, Adolfo Urzúa filmó y exhibió Manuel Rodríguez, primera película nacional.

Las primeras producciones chilenas eran una suerte de "teatro filmado". De hecho, directores y actores provenían del mundo del teatro. A pesar de los problemas de esta incipiente industria (estrechez financiera, iniciativas exclusivamente individuales), el cine se develó como un espectáculo muy popular. A partir de 1915 surgieron las primeras revistas de cine, lo que permitiría mayor difusión y una suerte de "educación cinematográfica" a través de la crítica.

unnamed.jpg

Efectivamente, la década de 1920 fue testigo del auge del cine chileno. Entre 1923 y 1927 se realizaron nada menos que 54 largometrajes argumentales en Chile. Por supuesto, se trataba de películas mudas aún. Lamentablemente la mayor parte de ellas se ha perdido o deteriorado con el tiempo. Sin embargo, gracias a la labor de conservación se ha podido rescatar parte importante del patrimonio fílmico nacional.

 

Las temáticas de estas primeras películas chilenas eran básicamente relaciones amorosas, situaciones criminales, reconstrucciones históricas e identidades regionales, entre otras. En esta década destacó la figura de Pedro Sienna, actor y director, responsable de obras clave como Un grito en el mar (1924) y El húsar de la muerte (1925).

 

El impacto del cine en la sociedad chilena se pudo apreciar en el nacimiento de la censura oficial, cuando en 1925 el Gobierno de Arturo Alessandri creó un organismo encargado de calificar toda obra a exhibir en el país. Hacia fines de la década de 1920 decayó la producción nacional, debido a la arremetida de las compañías distribuidoras de Estados Unidos y a la gran depresión económica.

chilefilms2_14042014.jpg

A fines de la década de 1930 la producción nacional retomó su actividad. Y fue en estos años en los que se consolidaron directores como Jorge "Coke" Délano (con Norte y Sur, de 1934, primer film sonoro chileno), el italiano Eugenio de Liguoro (Verdejo gasta un millón de 1941 y Entre gallos y medianoche de 1942) y el argentino José Bohr (P'al otro la'o, de 1942), que lograron convocar en masa al público nacional. A partir de estos éxitos, la recién instalada Corporación de Fomento decidió crear en 1942 una compañía nacional, Chile Films, que en menos de una década produjo varias obras, destacando La amarga verdad (1945) de Carlos Borcosque, El hombre que se llevaron (1946) de Jorge Délano y La dama de las camelias (1947) de José Bohr, entre otras. Sin embargo los éxitos fueron fugaces y a fines de la década de 1940 la productora se sumergió en una profunda crisis económica, pasando a manos privadas hasta la década de 1960.

primeros largometrajes

"la baraja de la muerte"

La Baraja de la Muerte”, también conocida como El enigma de la calle del Lord, es una película chilena de 1916 dirigida por Salvador Giambastiani. Es considerada la primera película argumental realizada en Chile. El guión, escrito por Claudio de Alas, está basado en un crimen cometido en la ciudad de Santiago, en la calle Lord Cochrane.

La cinta fue prohibida por la Municipalidad de Santiago debido a que el crimen en el que estaba basada aún no había sido resuelto por un fallo judicial.​ La baraja de la muerte se convirtió en la primera película en ser censurada en Chile, dado que la élite consideraba que el cine debía limitarse al "registro de eventos sociales como inauguración de monumentos, desfiles, festejos públicos, ceremonias oficiales, ritos religiosos, o a mostrar paisajes, vistas de las ciudades y de viajes". De todas formas, la película pudo ser exhibida en Valparaíso.

"la agonía de arauco"

Esta cinta tiene la particularidad de haber sido dirigida por una mujer, quien después de saborear el triunfo obtenido terminó casándose con el productor, Salvador Giambastiani. El argumento lo escribió una niña llamada Gabriela Bussenius. Lo presentó a la Chile Films y a pesar de que lo encontraron muy interesante, le hicieron saber que no podían filmarlo, porque no había nadie que conociera tan íntimamente el tema como para hacer de él una cosa honrada artísticamente hablando. Entonces la joven propuso muy seriamente que le permitieran a ella ejercer de directora, argumentando que si había escrito la obra era porque conocía el tema y que por lo tanto estaba en condiciones de hacer algo con pleno conocimiento en la materia. Con tanta seguridad hizo su ofrecimiento, que a los dueños de la empresa no les quedó otra alternativa que aceptarla y al mismo tiempo cancelarle su sueldo como directora, posiblemente la primera directora cinematográfica en el mundo. 

ecran1mg_16021965.jpg

 El Mineral "El Teniente"

Giambastiani filma un documental que se estima como el primer documental moderno de la historia del cine chileno. En este se ve por primera vez una película con un estilo y estructura acorde al cine que se hace en el mundo. Se ven además los trabajadores de la mina, lo que muestra una sensibilidad por mostrar toda la realidad que rodea el yacimiento y no sólo quedarse en la gerencia o paisajes. Una copia es encontrada en 1955 en las antiguas bodegas de la Braden Copper Company en Rancagua en 1955. Es restaurada fragmentariamente por Patricio Kaulen y Andrés Martorell, quienes realizan una compilación llamada Recuerdos del mineral «El Teniente» en 1957 homenajeando a Giambastiani. Es el único documental de Giambastiani que se conserva en la actualidad. Este mismo año, en Punta Arenas, un joven José Bohr (quien será uno de los más prolíficos realizadores chilenos) filme el cortometraje Como por un tubo.

El_mineral_El_Teniente_C-425603874-large

Página creada por estudiantes de primer año de la carrera de Cine de la Universidad Mayor. Esperamos les sirva como fuente de aprendizaje, entretenimiento e inspiración, ya que el cine tiene cabida en las mentes y corazones de todos.

Antonia Garcia-Rey     Isabella Forni     Javiera Esquivel 

bottom of page